Nos encontramos en uno de los períodos más críticos de la historia de la humanidad, y por supuesto, de Ecuador. No solo enfrentamos las repercusiones de la pandemia de COVID-19, sino una crisis aún más profunda y duradera: el cambio climático. Este nos sitúa ante una urgencia sin precedentes; por ello, la recuperación económica debe ser justa y ecológica, abordando las causas zoonóticas de la pandemia y las consecuencias de las actividades humanas que han alterado el clima de manera irreversible y peligrosa para la vida en el planeta.
La grave crisis climática, evidenciada por el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como sequías e inundaciones, la degradación de hábitats, una sexta extinción masiva de especies y pérdida de biodiversidad, deforestación y disminución de bosques primarios, y la contaminación de fuentes de agua, subraya la necesidad imperiosa de combatir el cambio climático, puesto que la vida en el planeta está en riesgo. Según estudios actualizados, la humanidad ha sobrepasado varios de los límites planetarios establecidos, incluyendo el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
A pesar del Acuerdo de París, cuyo objetivo es mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 a 2°C, las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) de todos los países implican un aumento de hasta 3°C o incluso 4°C para finales de siglo, muy por encima de los niveles preindustriales. En este contexto, Ecuador, que emite solo el 0.15% de los gases de efecto invernadero (GEI) globales, sigue siendo altamente vulnerable a las consecuencias del cambio climático, habiendo perdido entre el 30 y el 40% de sus glaciares en las últimas dos décadas y enfrentando riesgos significativos de inundaciones y pérdida de biodiversidad.
Ante esta realidad, se vuelve fundamental la Declaración de emergencia climática en Ecuador, para implementar políticas y acciones de transformación acordes al desafío que enfrentamos. El Estado debe, en colaboración con organizaciones enfocadas en la defensa de la naturaleza y con el apoyo de especialistas ambientales, generar acciones masivas, multidimensionales y permanentes para la precaución, prevención, mitigación y adaptación al cambio climático.
Además, es crucial implementar efectivamente el Acuerdo de Escazú, creando mecanismos de seguridad para defensores de la tierra y activistas climáticos, en un país donde ser activista puede ser peligroso. El cambio climático también implica desafíos que no son neutrales al género, afectando desproporcionadamente a las poblaciones en situación de pobreza, especialmente a mujeres y a personas que enfrentan discriminación, explotación o violencia.
Reconocemos que el cambio climático representa uno de los desafíos más significativos para nuestro país. Ecuador, a pesar de su pequeña contribución global en emisiones de gases de efecto invernadero, enfrenta impactos desproporcionados debido a su rica biodiversidad y geografía vulnerable. Por ello, proponemos un conjunto de soluciones integrales destinadas a mitigar estos efectos y adaptar nuestra sociedad y economía a una realidad cambiante.
Declaración de emergencia climática para permitir que el gobierno actúe con la celeridad necesaria. Esto incluye fortalecer las contribuciones nacionales determinadas (NDCs) para que estén en línea con los objetivos del Acuerdo de París.
Urgimos a proteger y restaurar nuestros ecosistemas clave como bosques, páramos, manglares y Galápagos, fundamentales para la biodiversidad y la regulación climática. Estas acciones son cruciales para mejorar la captura de carbono y preservar nuestra flora y fauna.
Es esencial expandir los programas de educación ambiental a todos los niveles de la sociedad ecuatoriana, enfocándose en la importancia del cambio climático y cómo cada individuo puede contribuir a soluciones sostenibles.
Impulsamos una transición energética hacia el desarrollo e implementación de fuentes de energía renovable, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y disminuyendo las emisiones de carbono.
Promovemos un cambio radical en nuestro sistema, colaborando armoniosamente con la naturaleza en lugar de oponernos a ella, enfrentando así el desafío geopolítico más crucial de nuestra era: el cambio climático.
¿Cuál es el plan del gobierno para cumplir con los compromisos internacionales para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación al cambio climático, la conservación de la biodiversidad, la protección de las 7 Reservas de la Biosferas del Ecuador, incluyendo la transformación justa y equitativa de sistemas de producción, consumo y empleo hacia modelos sostenibles, resilientes y bajos en carbono?. ¿Qué programas específicos propone para ello?
© 2025 Frente al Ambiente.
Todos los Derechos Reservados.
Desarrollo por Talk Comunicaciones