Ecuador enfrenta un desafío significativo en términos de desarrollo urbano, dada la falta de diagnósticos actualizados sobre el estado de sus ciudades y la adecuada respuesta a las necesidades de su creciente población urbana. Desde 2010, la población urbana ha crecido moderadamente, pero aún se carece de información precisa sobre cómo están evolucionando ciudades específicas dentro del país. Esto subraya la urgencia de adoptar un enfoque de planificación urbana que integre la sostenibilidad y la justicia social para abordar efectivamente la expansión urbana y sus consecuencias.
A pesar de la falta de información detallada, es evidente que las ciudades ecuatorianas están expandiendo su huella urbana a un ritmo que supera el crecimiento poblacional, lo cual plantea serias preguntas sobre la sostenibilidad de este crecimiento. Este fenómeno está transformando zonas agrícolas y de conservación en extensiones urbanas, impactando negativamente tanto en los ecosistemas como en las comunidades locales. Además, la informalidad y la falta de espacios verdes adecuados siguen siendo problemas predominantes, con millones de ecuatorianos viviendo en condiciones de precariedad y sin acceso equitativo a áreas verdes, lo cual es esencial para una calidad de vida urbana saludable.
Es vital que Ecuador reformule su enfoque hacia una urbanización que considere la equidad espacial, el acceso a servicios y espacios públicos, y una gestión efectiva de los riesgos ambientales y sociales. Esto incluye fortalecer la capacidad y los recursos de las autoridades urbanas, mejorar la coordinación entre el gobierno central y los locales, y fomentar la participación ciudadana en la planificación urbana. Solo a través de estos esfuerzos coordinados se podrá asegurar un futuro urbano que sea sostenible, justo y resiliente.
En Ecuador, la necesidad de una planificación urbana que abarque la sostenibilidad y la justicia social es más urgente que nunca. La Agenda Hábitat Sostenible del Ecuador 2036 (AHSE 2036) ofrece un marco estratégico para redirigir el desarrollo urbano hacia una integración consciente de los efectos ambientales que influyen en las ciudades. Este plan detalla acciones clave en tres áreas principales para lograr ciudades sostenibles:
Planificación Participativa y Conservación Ambiental: AHSE 2036 subraya la importancia de una gestión urbana que no solo proteja y conserve el ambiente, sino que también fomente su recuperación. Esto implica involucrar activamente a las comunidades en el proceso de planificación y asegurar que todas las voces sean escuchadas, especialmente aquellas de grupos históricamente marginados.
Uso Sostenible de Recursos y Gestión de Riesgos: La agenda promueve el uso y manejo sostenible de recursos naturales y la implementación de una gestión de riesgos eficiente que priorice la prevención. Además, se plantea la necesidad de fortalecer las capacidades de adaptación al cambio climático y mejorar los sistemas de respuesta temprana y recuperación pos-desastre.
Fomento de la Agroecología y Uso Sostenible del Suelo: La agenda también destaca la importancia de garantizar un uso sostenible del suelo que tenga potencial para prácticas de agroecología y agricultura regenerativa, contribuyendo así a la soberanía alimentaria.
Para poner en marcha estas estrategias es crucial actualizar los diagnósticos sobre el estado actual de las ciudades ecuatorianas con los datos más recientes y establecer políticas públicas diferenciadas que respondan a las particularidades regionales. Además, es fundamental asegurar que los instrumentos de planificación local promuevan el desarrollo de espacios públicos y verdes de manera justa y equitativa.
La AHSE 2036 es el resultado de un esfuerzo colaborativo significativo entre varias entidades y refleja una visión concertada para políticas públicas urbanas. Su implementación efectiva será esencial para asegurar que Ecuador pueda enfrentar los desafíos urbanos actuales y futuros.
¿Cuál es su propuesta para abordar los desafíos actuales de las ciudades ecuatorianas, alineándose con la Nueva Agenda Urbana 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mientras se garantiza un crecimiento urbano responsable? ¿Cómo plantea gestionar el fenómeno de la migración del campo a la ciudad y sus implicaciones para el desarrollo sostenible?
¿Cómo podemos implementar modelos de economías restaurativas y regenerativas en territorios como Morona Santiago, con su megadiversidad y presión minera, promover canjes de deuda por conservación en Galápagos y Amazonía con financiamiento justo para las comunidades locales, y abordar la informalidad urbana en la gestión de espacios verdes y residuos, fomentando propuestas inclusivas y sostenibles que involucren a todos los sectores?
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